En todo proceso de comunicación incide algún ruido no deseado, en estas situaciones de interferencia entre mensaje y ruido visual del entorno, es necesario un lenguaje gráfico propio, claro y bien estructurado para la orientación de los usuarios, este el lenguaje señalético.
– Joan Costa, 1987)
01. DESCRIPCIÓN DEL ESPACIO
El lugar seleccionado para llevar a cabo la primera práctica es el centro comercial Garbera situado en San Sebastián. Este abrió por primera vez sus puertas en 1997 convirtiéndose en el primer establecimiento de gran superficie de Gipuzkoa. Actualmente emplea alrededor de 1.000 personas siendo el más importante de la ciudad en cuanto a dimensión, la superficie actual es de 36.000 m2, y también con respecto a la cantidad de comercios que oferta, con más de 70 establecimientos Garbera contabilizaba antes del COVID unos cinco millones de visitantes anuales.
Sin embargo, en este momento, el centro comercial, debido a las restricciones actuales, solo puede albergar el 40% de su capacidad total. Para garantizar este aforo y controlar así el flujo de clientes cuenta con un sistema de conteo que informa cada 15 minutos de cuántas personas circulan en el interior del espacio comercial.
Como hemos dicho con anterioridad, se encuentra ubicado en la ciudad de San Sebastián, no obstante, se sitúa en la periferia de la ciudad, entre los barrios de Alza y Larratxo, no demasiado alejado y bien comunicado tanto con transporte público como con coche.
02. RECORRIDO
- Rojo: Recorrido
- Verde: Señales y elementos que servirán para orientar a mi amigo.
- Azul: Señalética encontrada en el espacio escogido
OBJETIVO
Mi amigo, que se encuentra en el acceso al centro desde el parking 2 (punto A), debe llegar a la tienda Massimo Dutti a fin de comprar una camisa en el establecimiento (punto B).
En el acceso al centro (A) encontramos una señal operacional (1) que indica la entrada en la que nos encontramos (Parking 2) e informa de la disponibilidad de algunos servicios (aseos, recepción, cajeros y farmacia) así como de la existencia de ciertas tiendas (Forum Sport, Eroski y MediaMarkt). Sin embargo, esta no sólo no señala la ubicación del establecimiento al que mi amigo quiere llegar, Massimo Dutti, tampoco advierte de la presencia del mismo. Por ello voy a proceder con una serie de indicaciones, tomando ciertos puntos o elementos de referencia, con objeto de facilitar la orientación de mi amigo a fin de que consiga su propósito.
INDICACIONES
Sigue recto y cuando el recorrido lo disponga de manera “natural” dobla hacia la izquierda, en ese momento verás la recepción en medio del pasillo actuando como elemento divisor y formando dos carriles, toma el carril de la derecha que es el que hay que seguir según la señalética implementada para reforzar la seguridad ante la COVID (en este caso son señales direccionales en forma de pies que indican la dirección del recorrido), veras un establecimiento de Eroski, continúa el pasillo recto hasta donde acaba el supermercado. En este punto, pasando Cortefiel, verás una intersección y una señal direccional que indica donde se encuentra la tienda ZARA, sigue la flecha que señala el establecimiento, al seguir caminando verás un área de descanso, a su izquierda está ZARA y en frente Massimo Dutti.
03. REFLEXIÓN
Para poder formarnos un mapa mental de un espacio y poder usarlo con el fin de orientarnos recurrimos a referencias e indicios formados a partir de procesos perceptivos y cognitivos que desarrollamos y ponemos en práctica cuando nos desenvolvemos, precisamente, en ámbitos espaciales.
Sin embargo, a veces se presentan dificultades para fijar mentalmente o comprender un recorrido, así como para localizar una ubicación exacta. Estos obstáculos pueden ser debidos a la complejidad del espacio, causada, por ejemplo, por demasiados cambios de dirección. Según Antonini (2012), este constante movimiento implica que el individuo se encontrará frente a situaciones nuevas de organización y morfología del espacio, lo cual acarrea problemas en su desenvolvimiento y por consiguiente en una mayor necesidad de información y orientación.
De igual modo, podrían suponer problemas; un acceso visual limitado, en cuanto a que el espacio visible abarcable sea reducido y por ende la orientación resulte incierta y dificultosa, o la escasez de contraste entre los distintos elementos que lo configuran, formando una masa uniforme que impide que ciertas partes del ambiente destaquen y se diferencien para poder hacerse identificables y memorizables.
Aunque con el concepto de figura-fondo, también puede suceder lo contrario y el problema surgir precisamente por la saturación de estímulos, generando un ambiente tan cargado y difícil de diferenciar que impida al usuario procesar la información.
En este caso particular la dificultad no viene dada por la complejidad del recorrido, es un trayecto simple, sencillo de seguir y, por tanto, de distribuir mentalmente por lo que resulta difícil desorientarnos. El desafío del centro comercial Garbera reside, a mi parecer, en localizar objetos concretos (comercios) en lugares precisos. Hay demasiadas tiendas y, en general, ninguna sobresale por encima de otra salvo las que tienen mayor extensión (Eroski) o las situadas en puntos clave como los accesos (Zara, Mango).
Ante estas las dificultades y a fin de facilitar la orientación y dirección de los transeúntes contamos con un sistema de elementos de comunicación; la señalética. No obstante, Garbera no hace un uso eficaz del mismo, de hecho, podríamos decir que en muchas ocasiones prescinde de señales necesarias.
La primera señal que hecho en falta es un plano de planta en la entrada del centro, en esta señal operacional se deberían ubicar, además de los puntos de información y aseos, cada uno de los comercios y servicios de los que consta. En su lugar vemos una señal operacional bastante escueta (1) que indica en que acceso estamos (Parking 1 o Parking 2) e informa de la disponibilidad de algunos de los servicios ofertados (aseos, recepción, cajeros y farmacia) así como ciertas tiendas (Forum Sport, Eroski y MediaMarkt) obviando la existencia de todas las demás.
Según avanzamos por el recorrido (habiendo ingresado por el acceso del Parking 2) el cual viene sugerido mediante los límites insinuados por los bordes que conforman el lugar en el que se erige la arquitectura del centro comercial, nos encontramos con la recepción y punto de información (2) que, si bien nos puede indicar donde se encuentran los distintos comercios y servicios, no debería ser este su propósito inicial. Y es que, tal y como indica Joan Costa en Enciclopedia del Diseño (1987), los recorridos y todas las formas de desplazamiento necesitan, conforme a los objetivos del usuario, un sistema de referencias que permita su orientación autónoma, y reduzca la necesidad de pedir “ayuda” a otros individuos.
Para ello, por tanto, deberíamos contar con señales direccionales que nos indiquen nuestro lugar de destino señalando (normalmente mediante flechas) el camino especifico que deberíamos tomar.
Pero a medida que continuamos no vemos ni rastro de estas señales que, además de dirigirnos, deberían acompañarnos a lo largo del recorrido. La única señal direccional (3) de este tipo la encontramos en la intersección donde el recorrido se disgrega en dos direcciones, en ella aparecen indicados distintos servicios, pero solo la ubicación de un comercio; ZARA. En este punto me pregunto porque se da preferencia a la indicación de este establecimiento frente a otros.
No obstante, el centro cuenta con señales identificativas (4), es decir, instrumentos de designación que confirman la ubicación, por lo que puede que hubiese sido viable el hecho de prescindir casi por completo de las señales direccionales siempre y cuando el centro contase con algunos planos de ubicación distribuidos a lo largo del mismo en los que se plasmara, la situación del observador en el plano, así como los comercios y servicios existentes en su proximidad y otros elementos referenciales que faciliten su tanto su ubicación como la localización de los mismos.